ASÍ PIENSO, ASÍ ESCRIBO

Cada noche, en La Voz Silenciosa, hago un comentario personal. Es este que aquí aparece, con la intención de dejar constancia escrita del mismo.

26 de febrero de 2010

¡QUÉ HERMOSA ES UNA LÁGRIMA!


Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua una lágrima es: cada una de las gotas que segrega la glándula lagrimal. O también: objeto en forma de gota, especialmente cada uno de los adornos de cristal que penden de ciertas lámparas.
Los sinónimos, no es que sean muchos, pero los hay: lloro, llanto, lamento, sollozo, desconsuelo, berrinche, perra, sufrimientos, padecimientos, hieles. Y sin embargo no hay ni un solo antónimo. Extraño, ¿verdad? No hay nada contrario a la lágrima. La lágrima por tanto es única, exclusiva. No tiene contrario. No tiene, por tanto, rival.
Lloramos de rabia, de frustración, de dolor, de angustia. Y lloramos a grifo abierto, a raudales. O bien, fingimos que lloramos, las famosas lágrimas de cocodrilo.
Todas esas lágrimas pasan inadvertidas. Quiero decir, que salen al exterior de forma extemporánea, sin que sintamos la lágrima en sí. Es difícil de explicar, pero lo intentaré. Cuando es por cualquiera de estos motivos, sentimos el dolor o cualquier otro sentimiento, pero no la lágrima. Esa va por su cuenta. Es un acto reflejo.
Yo quiero hacer hincapié cuando digo qué hermosa es una lágrima, a esa que brota de lo más profundo de nuestro ser en ciertos momentos.
Cuando nace un hijo nuestro, cuando sentimos ternura hacia alguien o hacia algo. Hacia un acto, en un momento feliz. En ese momento íntimo en que nos encontramos con nosotros mismos, sin saber bien por qué. Es algo que nace desde el pecho, que nos sobrecoge, nos oprime la garganta, hace que tiemblen los labios y termina en una lágrima débil, casi imperceptible. Nos nubla la vista, hace que parpadeemos y entonces resbala de forma lenta hacia la comisura de los labios recorriendo nuestras mejillas y sentimos ese sabor salado.
Ese momento es sublime. Es algo que nos hace sentirnos humanos, sensibles y buenos. Puros, limpios, capaces de sentir que es lo más hermoso que hay en el mundo.
Quizá sea un momento muy pequeño, casi insignificante, casi imperceptible. Pero en ese momento, en esos segundos, cuando esa lágrima resbala surcando nuestra piel, y haciéndonos sentir su calor casi abrasador, volvemos a lo que somos realmente. Y no es algo que pertenece a la mujer porque así lo ha decidido la sociedad durante mucho tiempo. Ese sentimiento, ese dulce placer es también masculino. Es de la persona. Nace del alma y del corazón. Y el corazón y el alma son asexuales. Son la expresión más hermosa del amor, puesto que a ellos nos referimos cuando del amor hablamos. Te quiero con toda mi alma. Mi corazón estalla de amor por ti. Son frases que hemos repetido una y mil veces. Quizá no de boca afuera, pero sí para nuestros adentros. Porque los sentimientos se pueden no expresar, pero jamás se dejan de sentir.
Cada vez que noto esa dulce sensación de un par de lágrimas que, incluso a veces, ni llegan a sobrepasar los párpados de mis ojos, pienso lo mismo: ¡qué hermosa es una lágrima!
SED FELICES

25 de febrero de 2010

ENAMORAMIENTOS INFANTILES

¿Alguien recuerda haberse enamorado de niño? ¡Sí, sí! ¡De niño! En esa edad entre los 6 y los 10 años. Yo sí lo recuerdo. Y os lo voy a contar.
Tenía yo 7 añitos más o menos. Ya era un niño alto para mi edad y, según decían, inteligente a pesar de esa edad.
Acudía al colegio que mi tío -y a la vez padrino- tenía en un barrio de Murcia, Santa María de Gracia, que estaba justo en la otra punta del que yo habitaba, el Barrio del Carmen. El caso es que por ser el hermano de mi madre me hicieron asistir a ese colegio. Y anduve haciendo a pie el recorrido -de más de media hora- cuatro veces al día, hasta el momento de ingresar en el Instituto Alfonso X el Sabio.
Esta es la situación y este el momento enamoramiento. Mi padrino, cada año, celebraba su cumpleaños invitando a toda la familia y amigos a su casa en aquel bonito y coqueto barrio de las afueras de Murcia. Como estaba encuadrado en un jardín interior alrededor del cual se situaban las casas… y la suya estaba en el bajo… a través de las ventanas los niños veíamos a los mayores que estaban en el salón.
Y yo siempre andaba más pendiente de los mayores que de los pequeños. Y fue allí en aquella inmensa ventana doble, abierta de par en par, donde la vi. Aún recuerdo su nombre, Chito. Trabajaba de telefonista en la compañía Telefónica Nacional de España y era amiga de mi tía Angelita. El caso es que fue verla -ella tendría unos veintitantos- y ya no hubo minuto ni momento en que mi corazón no saltara en mi pecho cual caballo desbocado. Eran mariposas por el estómago, latidos intensos y suspiros profundos. Ella, como es natural, me veía como lo que era, un niño. Pero para mí aquello fue algo inolvidable. Noches enteras soñé con ella. Era lo que siempre se ha llamado un amor platónico. Visto hoy, no había deseo, ni sexo, ni miradas lascivas… solo amor. Ese amor que sublima a quien lo sufre, elevándolo a las más altas cotas de ese sentimiento. Así anduve un tiempo. Intentaba saber dónde podía verla aunque fuera en la distancia. Ya veis, con 7 años…
Con el tiempo, ella puso una tienda de ropa -que aún sigue dirigiendo- y yo siempre le fui fiel. Pero jamás se lo dije, como era lógico, hasta un día ya pasados mis veintitantos porque antes no me atreví. Ese día los dos reímos a gusto y sentí que por sus mejillas resbalaban unas lágrimas.
Fue el momento más importante de mi vida.
SED FELICES

24 de febrero de 2010

ME PIDO UN CÓDIGO DE CIRCULACIÓN NUEVO


Por motivos de trabajo, llevamos las dos últimas semanas haciendo un promedio de 300 a 400 Km. diarios. Las carreteras… que os voy a contar, hay de todo. Buenas, regulares, malas, muy malas y pésimas. No existen muy buenas y menos excelentes. Es decir, que o se cuidan poco o no es normal que las nuevas estén hechas un desastre. Eso sí, quiero pensar bien e inclinarme porque los tratamientos aplicados a las vías de circulación son los que había en el proyecto y que nadie ha olvidado hacer las cosas con arreglo a la Ley. Y que su deterioro es debido al uso y a la exposición a las inclemencias del tiempo. Por que si no es así, ¡madre mía, no quiero ni pensarlo!
Dicho esto, ahora vamos a lo del Código de Circulación. Stop que se interpretan como Ceda el Paso. Intermitentes que para qué se van a poner. Dirán quienes no los usan, que a usted qué le importa a dónde va… Líneas continuas que no se respetan. Límites de velocidad que, por supuesto, se pasan por el forro de las entretelas. Y cuando tú vas cumpliendo con todo el rigor del mundo las indicaciones de los discos de limitación de velocidad, resulta que vienen unos señores normalmente con buenos coches, ocupando por supuesto el carril izquierdo y con un detector de radares (aún no sé por qué son legales) que te adelantan como si tú estuvieras parado. Eso sí, cuando veáis que los coches circulan todos por su sitio y a la velocidad indicada, mirad bien y encontraréis, seguro, un par de motos o un coche de la Benemérita.
Abundando más aún, hoy en un de esas carreteras malas, pero malas rematadas, bordeada por casas y con una curva tras otra, nos hemos encontrado con un Picassa que venía ciñéndose al lado izquierdo. Por un momento nos hemos quedado sin habla, pero mi compañero ha reaccionado a tiempo, ha frenado y le ha hecho gestos de que se fuera a su derecha. La cara de la conductora era de estupefacción como diciendo, ¿qué he hecho?
Con todo esto, pido a quien corresponda, un nuevo código de circulación, porque este no debe ser del agrado de estos conductores y no vamos a hacer la contra a una mayoría. Cuando tantos lo incumplen es porque será lo correcto. Y nosotros unos tontos equivocados.
Ya sabéis, SED FELICES

22 de febrero de 2010

SI PUDIERA...


Un día cualquiera. Hoy mismo. O ayer. ¿Qué más da? Un día es casi igual al otro, solo que se adereza con cositas distintas. Con sorpresas. Con sustos. Con alegrías. Con amores. Con tristezas. Con noticias… Es un espacio temporal, nada más. Estás despierto y expuesto a todo lo que suceda. A cualquier avatar.
Y nos pasamos ese tiempo pensando o diciendo… Si pudiera… Si pudiera, ¿qué? Casi siempre, lo anteponemos a algo imposible. O a algún sueño. A metas larguísimas, que hoy vemos inalcanzables.
Y ahí está el quid de la cuestión.
Las metas largas son ilusiones. Agradables, pero nada más que ilusiones. ¿Cuántas de verdad, pensamos que conseguiremos? Ninguna. Es el país de Nunca Jamás. Somos los Peter Pan. Solo que él sí tenía claro lo que buscaba. Su sombra.
Yo, en concreto, ni pienso en mi sobra. Y va siempre conmigo. Es igual que mi ombligo, solo que es más fácil mirar hacia abajo y hacia dentro que hacia fuera. Hacia lo que proyectamos. Y lo que personifica la sombra es la parte que no es transparente, es decir, nosotros. Porque la luz no pasa. Ojala pensáramos en ser más transparentes. Más sinceros. Más solidarios. O simplemente, más realistas.
Metas cortas, que no fáciles, pero posibles. En eso hemos de apoyarnos. Y uniendo una a la anteriormente conseguida, iremos haciendo camino, como decía el poeta, al andar.
Y ante esta idea que acabo de dejar aquí, hasta yo exclamo... SI PUDIERA…
Vosotros, intentadlo, merece la pena y además, mi deseo, SED FELICES

19 de febrero de 2010

ELECCIÓN


Me preguntan mis brujas que por qué hemos de andar los humanos, siempre, eligiendo.
Desde que el almacén de mi mente es capaz de mostrarme recuerdos de mi vida… Es decir, desde que pasamos esa edad tonta de la que no guardamos prácticamente ningún recuerdo… Si, hombre. Yo veo cosas que hacía cuando tenía 7 u 8 años, pero de antes, sólo algún fogonazo de alguna escena de ese tiempo, que ni siquiera me permite situarlo.
Pero sí me queda constancia de las ilusiones. De los Reyes Magos, de Nochebuena (más que de Nochevieja) y tantas y tantas cosas…
Y desde ese momento que decía antes, toda la vida ha sido un cruce de caminos, que me ha obligado a elegir. Somos libres, totalmente libres de elegir. Otra cosa es que nos obliguen a hacer algo. Yo me refiero al libre albedrío. Eso es patrimonio de la persona. Porque incluso en la tesitura de una toma de decisión, cuando nos quieren obligar a hacer lo que no queremos o simplemente a que hagamos lo que ellos quieren, tomamos el camino que queremos aunque nos cueste un castigo o algo peor.
Pero es el caso que el gran debate interno que tengo es… Ha habido ocasiones en que las cosas a decidir no eran importantes… ¿Que no? ¿Quién decide eso? Porque cuando tienes 8 ó 10 años, te parece importante hasta el aire que respiras. Todo es nuevo, todo te sorprende. Y ante todo has de decidir. ¿A quién quieres más a papá o a mamá? ¿Con quién quieres dormir con los abuelos de mamo o los de papi? Luego creces: ¿Ciencias o letras? ¿Estudias o trabajas? O, como mucho, las dos cosas. El caso es que sigues optando a una opción u otra.
Luego, te ponen ante situaciones más fuertes: ¿De izquieras o de derechas? ¿Creyente o ateo? ¿Del Madrid o del Barça?
A ver si ahora que tengo muchos más años y he pasado por todo eso, alguien toma la iniciativa y deja de hacer preguntas tontas y se vuelca en soluciones que atañan tanto a católicos como practicantes de otras religiones o de ninguna, de izquierdas o derechas, del Madrid o del Barça, o al fin y al cabo… a la mae que nos parió.
El ser humano, la persona, tiene una cualidad que es alienable. Es única e irrepetible. Pues dejadla en paz y obrad simplemente en justicia. Eso es muy fácil, pero hay que proponérselo.
SED FELICES

18 de febrero de 2010

¡QUÉ ENVIDIOSOS!


Me refiero a mis amigos. Eso es. Los gnomos, fantasmas, brujas y licántropos. Todo fue hacer un comentario ayer Arpelio y Críspula y fue como si hubieran pellizcado la incorporeidad de los demás. Agamenón e Ifigenia, mis fantasmas, las brujas Sílside y Nutelia y los licántropos Arístides y Nicanor, saltaron como si les hubieran aplicado un resorte en salva sea la parte.
El caso es que después de todo tienen razón. Pero no puedo entender que todos coincidan. Sus mundos son totalmente distintos. Y yo, ignorante en grado sumo, les comenté que la opinión debía ser distinta dependiendo del apartado en que se desenvuelve.
¡¡¡Bueno!!! Menudas caras me han puesto. Y Arístides, con su gutural voz me ha dicho: “Haciéndome cargo de tu ignorancia, pasaremos por alto tu puntualización. Mas has de saber, amigo mío, que todos tenemos algo en común. ¿Qué es ello? Pregunté. Muy sencillo y lógico. Desde el subsuelo hasta los cielos, pasando por la cuarta dimensión y las calles y parques de este mundo, nos pertenecen. Hacemos de guardianes y vigilamos qué se hacen en y con ellos.
Y has de saber, jovencito (para ellos soy un jovencito, ya véis) que vosotros, los humanos, tan sabios y tan doctos, aprendices de todo y maestros de nada, vais acabando poco a poco con todo lo que encontráis a vuestro paso. No pensáis que el mundo, se puso a vuestra disposición para serviros de él. No para abusar y esquilmarlo. No debéis extrañaros pues, la forma en que se expresa el universo con vosotros.
La diferencia estriba en que el poder de los elementos es inmenso y el vuestro es igual al de un soplido frente a un incendio forestal. No lo hace por venganza, no. El motivo viene dado porque si a un edificio le quitáis las ventanas, entrará el frío. Si suprimís las paredes os calará el agua de la lluvia y no podréis protegeros. Y al mismo tiempo, ¿quién sostendrá los techos y los suelos? Unos caerán sobre otros. Y como habéis sustraído incluso los cimientos, será un desastre total.
Eso son los terremotos, los ciclones, los tornados, las tormentas y los tsunamis. ¿O acaso pensáis que podéis desequilibrar el complejo entramado del orbe y salir indemnes? Vosotros sois los culpables de los desequilibrios. Así que id tomando nota o se os hará tarde.
Que conste que no es una amenaza, es solamente un consejo. Aún estáis a tiempo. Preocuparos y ocuparos de la solución. De los medios. No os queda mucho. Nosotros estamos aquí, pedidnos consejos y os los daremos”.
Ante esto yo callo y dejo sus palabras a vuestra interpretación. Creo sinceramente que son sabias palabras, exentas de odio y llenas de dolor.
Y mientras, procurad lo que siempre os deseo, SED FELICES

17 de febrero de 2010

MIS GNOMOS HABLAN...


Cada noche un comentario. En relación con lo que pasa por mi mente en un momento determinado, al ir analizando lo que pasa a mi alrededor. Pero esta noche, mi comentario tiene un destinatario muy especial. Es una buena amiga a la que hace poco tuve ocasión de conocer. A ella, Cristina Salas, y a su marido Joman. Ambos personajes, porque así los voy a considerar, de muy alta categoría humana y portadores y portavoces de mensajes interesantísimos para las personas de buena voluntad.
Y quiero hacerle un ruego muy particular a Cristina. Mis amigos Arpelio y Críspula, los gnomos, que han escuchado sus relatos y leído sus libros. Y han completado sus puzzles. Y han disfrutado con sus juegos, echan de menos que haga alguna referencia a ellos. O quizá, es que no los han leído todos y en algún otro aparecen.
No es envidia –bueno yo no me lo creería mucho conociéndolos- sino un deseo de que sean considerados en lo que creen que valen.
Les pregunté qué es lo que creen hacer que se pueda considerar tan valioso.
La respuesta ha sido contundente: “Nosotros vigilamos y guardamos la tierra y esta está formada de la siguiente manera: Corteza. Compuesta por basalto en las cuencas oceánicas y por granito en los continentes.
Manto. Capa intermedia entre la corteza y el núcleo que llega hasta una profundidad de 2.900 Km. El manto está compuesto por peridotita.
Núcleo: Capa más profunda del planeta y tiene un espesor de 3475 Km.
El núcleo está compuesto de una aleación de hierro y níquel, y es en esta parte donde se genera el campo magnético. Es decir, tenemos un trabajo inmenso y extenso. ¿No merecemos una mención por lo menos aunque sólo sea para salir en los cuentos de tan insigne autora?”
Y a modo de pregunta hacia vosotros humanos me dicen: “¿por qué tanto interés en preservar las especies de todo tipo animal y vegetal de los ecologistas y verdes, ignorando la lucha por preservar la vida humana en forma de feto? ¿Por qué no vemos ningún movimiento para que no desmonten cabezos enteros sacando de ellos mármol o grava para obras públicas?” Eso no lo entienden. Y esperan que alguien se lo explique.
Vosotros, ya sabéis, SED FELICES

16 de febrero de 2010

MANIFOBIAS

Dicho así suena un tanto raro. Aunque casi se adivina a qué me refiero. Soy, efectivamente, un maniático. Y tengo, además, mis fobias.
Haciendo un análisis sincero de mí mismo, he de decir que soy prepotente, exigente, insistente, inconsciente, intransigente e indulgente. Mucha gente en tan poco espacio, ¿no?
Pues soy así. Y eso es malo y bueno a la vez. Más lo primero que lo segundo, eso seguro, pero a mi edad difícil es cambiar.
No seré yo quien diga que la vida me ha hecho así. No. La vida me ha tratado como a todo el mundo. Dándome oportunidades y palos. De todo un poco. Unos padres perfectos. Una familia feliz. Buenos amigos. Hasta ahí, bien todo, dentro de un orden.
Lo malo es cuando empiezas a ampliar círculos. Quizá la causa de mis manifobias sea que por estar tan bien rodeado en mi infancia, cuando comencé a salir de ese pequeño espacio que es la familia y los vecinos, fui dándome de bruces con cosas que no imaginaba que existían. No pensé que la crueldad fuera capaz de hacer tanto daño. No digo la crueldad física sino la psíquica. El niño es cruel y no sé por qué. Quizá por falta de cariño. La familia rica, todos tenemos una parte rica de familia, también es cruel, pues se recrea diciendo en público que la ropa que tú llevas es la que te dio su mamá porque a ellos les venía pequeña. Eso es crueldad. Y ya a partir de ahí va en aumento. En los estudios de instituto es peor. Te dan por todas partes. Y tú, inocente, tienes dos caminos. O agachas el morro o se lo partes a alguien para marcar territorio. Eso es duro. Tanto como decir el primer taco o la primera blasfemia. Pero es que casi te obligan para demostrar que no tienes miedo a nadie. O a casi nadie, siempre hay quien te da para el pelo.
Es el caso que poco a poco todos te van demostrando que la vida es dura. Y yo, que no entiendo que se maltrate a nadie, me fui revistiendo de todos esos “gentes” que dije antes y volviéndome un manífobo, porque tengo manía y fobia a todo aquel que abusa de su superioridad en cualquier ámbito.
Ya os contaré más. Hoy he dicho bastante.
SED FELICES

15 de febrero de 2010

TRISTEZA, DESENCANTO... IRA CONTENIDA



Hoy mi comentario va a ser sencillo y rápido.
Digo esto porque a veces muchas cosas se pueden expresar con muy pocas palabras. Muchos pensamientos caben en tan poco espacio porque no les encuentras salida. Este es el motivo de mi comentario de hoy.
Cada mañana al levantarme, pongo al Cielo por testigo, que lo hago con unas ganas enormes de vivir y de comerme el mundo. Madrugo porque pienso que la vida sigue siendo bella y merece la pena despertar pronto para ver el milagro del nuevo día. Del amanecer. De la belleza de las cosas apareciendo ante los ojos bajo la cada vez mayor luz del sol.
Pronto se rompe el mágico momento. Las prisas en los conductores que siempre van con el tiempo justo. Las noticias que llegan bombardeando a través de los medios de comunicación. Los dimes y diretes. Las disputas políticas y el todos tienen razón, aunque te quieren convencer que lo que dicen es con la mejor intención del mundo… ya lo creo. La mejor intención del mundo es fastidiarte el día y verter veneno en tu mente.
Y al final lo que comienza en tristeza, se va convirtiendo en desencanto con el ser humano, con los que dicen quieren lo mejor para ti y no es así, desean tener ellos lo mejor aún a tu costa.
Acabando en una rabia creciente que hace que lances tus invectivas y tu despecho contra quien no tiene culpa de nada. Tan solo se ha colocado en tu camino justo en el momento en que irrumpe desde lo más profundo tu ira contenida.
SED FELICES

14 de febrero de 2010

¿CUÁNTAS COSAS SOMOS CAPACES DE HACER A LA VEZ?



Sí. Así de sencillo. Se cuestiona si somos capaces de hacer al mismo tiempo. A la misma vez, para ser más concretos. Dicen que la mujer sí puede y el hombre no. Yo no creo que todo sea en esta vida una regla exacta. Deben existir las excepciones.
Y también los frescos. Sí, es más fácil decir que no se es capaz de hacer café y vigilar las tostadas, sin que el café se salga ni las tostadas se quemen, que intentarlo. ¿Y si lo hacemos y entonces nos quedamos con el encargo de fijo? Ah, amigo, eso es lo que no queremos.
No planchamos porque estropeamos la ropa o la quemamos. No fregamos porque se nos rompen los platos. No barremos porque… Venga ya. Eso son cuentos. Y el primero que los lleva a efecto soy yo, que no me quiero quedar fuera. Además, si mi santa me está escuchando, cosa más que probable, cuando vuelva a casa me la he cargado.
Pero, en serio, la mujer se ha visto desde siempre abocada a no tener más narices que llevar un montón de tareas, compaginando unas con otras. Corriendo de un sitio a otro. La limpieza de la casa, la ropa, la plancha, la comida, los niños. Y vuelta a empezar. Que mira que es cansado. Pero no es lo malo lo cansando que sea, sino lo repetitivo que resulta.
Y nosotros siempre decimos: Ya, pero no tienes que madrugar. ¿Que no? ¿Y quién prepara el desayuno y lleva a los niños hasta el cole o hasta la parada del autobús? Haga frío o calor. Con ganas o sin ellas. Mala o sana. Es igual. Siempre ha sido la que ha cargado con lo pesado, farragoso y cansado. Es decir, lo llamado labores del hogar.
Y además, sin el aliciente, de ir después a tomar un café con los amigachos. O una cerveza al salir del curro.
Ahora ya no es así. Gracias a Dios. Ahora, la mujer trabaja, comparte con el marido. Y hay que decir que también el marido comparte con la mujer. Y poco a poco se va erradicando el sentimiento machista real. El que lleva a que la gandulería del uno provoca la sobrecarga de trabajo en la otra.
Hablo del cambio con todo el cariño del mundo. Aunque mi esposa me achaca que soy un machista, yo he comprobado que “machista a tope” sí que conozco muchos aún. Pero, como siempre, es lo que se consiente. Yo quiero seguir, si me queda tiempo, intentando hacer tres cosas a la vez, que dos sé que soy capaz.
A ver si al mismo tiempo, consigo que me reconozcan que no soy tan gandul como me quieren hacer parecer algunas veces. Esto dicho en tono de guasa. Que las mujeres reconocen siempre el esfuerzo que haces. Que tal y como están los tiempos, lo que hay que llegar y se está consiguiendo, es al “unisex”, es decir, la “mujer mujer” con su parte de “hombre” a pleno rendimiento. Y el “hombre hombre” con su fuerza y esa sensibilidad que lleva escondida, lanzada al exterior para demostrar que se puede seguir siendo hombre y mujer, haciendo cosas que siempre se han atribuido al sexo contrario. Es decir, el hombre en tareas del hogar y cuidado de niños. Y la mujer trabajando y realizándose, porque es capaz de muchas, muchísimas cosas.
Y encima, es el verdadero sexo fuerte. ¿Qué no? Yo no me jugaría ni un euro apostando lo contrario.

¿CUÁL ES EN REALIDAD NUESTRA EDAD?


Según leí el otro día, la edad que decimos tener está relacionada con el calendario y la fecha de nacimiento, por supuesto. Sin embargo, parece ser que hay un desfase entre la edad biológica y la fisiológica. Me explico. O por lo menos voy a intentar explicar lo que leí.
Nuestro organismo lleva su propia marcha. Su desgaste, podríamos decir mejor. Cada parte de nuestro cuerpo. Las células se regeneran. También los glóbulos rojos y los blancos. El alimento pasa por el estómago donde hay enzimas y ácidos que se regeneran constantemente. La piel, otra que tal. Cambia cada equis tiempo. Y cada uno a su aire. Bueno a su aire, no. Por su lado, sería mejor decir.
Pero es así. Cada parte del cuerpo humano tiene una edad e incluso algunas partes del cuerpo han muerto hace mucho tiempo. No son las que nacieron con nosotros, por ejemplo los dientes de leche ¿los tendrá el ratoncito Pérez almacenados? Y otras muchas cosas que no voy a enumerar, porque ni soy un experto ni es el motivo de este pensamiento escrito.
Leo también, que cada vez se descubren más genes responsables cada uno y de forma independiente de muchas cosas. Los que no tienen miedo es porque les falta un gen. Los ludopatas tienen un gen que te lleva al juego. Y ahora se descubre otro que causa el cáncer de colon.
Si esto sigue esta marcha, dentro de poco, deberemos llevar un historial con todos y cada uno de los componentes de nuestro organismo. Y que cada vez se parece más a un PC. Todos son chips y partes independientes. Pero si una funciona mal, las demás a hacer puñetas. Una altera a las otras y algo que pueda parecer no tener importancia, desencadena un hundimiento total del cuerpo humano.
Total es una cáscara que nos prestan para pasear por este mundo, pero como algunos abusan de ella de forma excesiva, tienen posibilidades de que la vejez física llegue antes. Por ejemplo, los músculos se desarrollan cuando entrenamos y hacemos deporte, pero las articulaciones y ligamentos, no.
Por eso tantos deportistas padecen artrosis o deformación en articulaciones.
El caso es que cuando veo que los estudios avanzan a esta velocidad. Que la ciencia nos lleva en un Fórmula I a la investigación de cosas que ni imaginábamos, me entra el pánico.
Mira que si descubren que llevamos pilas en algún sitio del cuerpo y no lo sabemos. Unas baterías tan pequeñas que no las vemos pero que si se agotan se trunca nuestra existencia en este maravilloso mundo.
Pues yo casi prefiero que esto no avance tanto. Simplemente me da miedo.