ASÍ PIENSO, ASÍ ESCRIBO

Cada noche, en La Voz Silenciosa, hago un comentario personal. Es este que aquí aparece, con la intención de dejar constancia escrita del mismo.

5 de abril de 2010

AL FINAL TIENEN RAZÓN MIS BRUJAS

Estos días me siento abatido. Y la culpa es de mis brujas Sílside y Nutelia.
Han venido a charlar conmigo. Y yo pensaba que era una cuestión del programa, de la noche, del trabajo que les encomiendo de que velen y visiten a mis amigos silenciosos. Que los acompañen… pero nada más lejos de lo que deseaban.
Después de escucharlas, es cuando llega mi abatimiento. Porque he de reconocer que tienen toda la razón del mundo, al menos para mí y sé que para mucha gente. Y sin embargo no queremos mirar hacia fuera, seguimos empeñados en mirar nuestro ombligo.
El mundo, según ellas dicen, es una sinrazón. Piensa que quienes deben velar por nuestros intereses, por todos, los del trabajo, el dinero, el alma… todo. Porque la vida es un “todo”, no un “metalero”, siguen diciendo, están más pallá que pacá.
No entienden cómo se puede decir sin ningún tipo de rubor que los seres humanos, cumplidos los 14 ó 15 años, ya no son niños, sino adultos y tienen pleno derecho a decidir, sin consulta ni autorización de sus mayores, en temas como el aborto, la anticoncepción, la píldora de después y cualquier otro tema relacionado con lo que denominan la libertad de la persona, incluidos el derecho al sufragio universal o voto. Y yo les digo, que después de todo y pese a todo, tienen parte de razón, que nadie es quién para decidir por nadie. Que si quien nos mira desde otro sitio no terreno, y que cada uno le ponga el nombre que quiera, no interviene para detener lo que el hombre hace es porque disfrutamos del libre albedrío. Y eso es importante.
Pero insistieron y ahí fue donde me desarmaron. ¿Entonces por qué se es adulto en cuestiones de sexo y decisiones como el votar y todo eso y, sin embargo, no se es responsable de un crimen, de un asesinato o de cualquier otra cosa relacionada con quebrantar la Ley en la misma medida que los adultos?
Yo no sé si a vosotros os parecerá razonable lo que dicen o no. A mí me parece como mínimo de sentido común. Y añaden. “En eso no se da prisa nadie para cambiar las leyes. Total, ¡qué más da! Como son los hijos de los demás los que mueren…” Ahí les corrijo. Eso no está bien decirlo. Y me lo aceptan. Entonces me cambian el tercio y me dicen otra cosa: ¡Hay que ver cuánta gente de vacaciones! Hasta los que mandan. ¿No hay crisis? Pues como nos vean los otros europeos, los de primera división, se van a reír de nosotros. Dirán que menos lobos caperucita.
Al final no las voy a sacar de la mochila. Porque me complican la vida y me hacen sentirme abatido y consternado.
SED FELICES.