ASÍ PIENSO, ASÍ ESCRIBO

Cada noche, en La Voz Silenciosa, hago un comentario personal. Es este que aquí aparece, con la intención de dejar constancia escrita del mismo.

11 de marzo de 2010

ODIO

Mis licántropos me interpelan sobre el 11-M y hacen referencia a una palabra… ODIO. Yo, intento explicarle por si les puedo aclarar algo. Aunque sé que es muy difícil. El Odio es un sentimiento profundo, intenso. Es un impulso, un instinto básico. Arranca de lo más profundo de nuestro ser. No sale del corazón, eso sería más bien rencor, desprecio. El odio es mucho más bajo, arranca de las tripas, de los intestinos. Produce una contracción y luego sube burbujeando hacia la garganta, la nariz y los ojos. En la garganta arranca ronquidos de ira y en los ojos hace brotar amargas lágrimas.
Y lo triste es que cada vez hay más cosas que nos provocan odio. Las distintas religiones invitan al perdón, a la comprensión y a la tolerancia, pero… yo les pediría que me explicaran cómo se puede perdonar y tolerar la violencia contra una mujer, un niño, un anciano. El abuso de la fuerza. Las bandas. Los atracadores, que no sólo te roban sino que encima te dan una paliza. Los ladrones de joyerías que arrasan con todo e incluso con la vida de los joyeros.
Eso y mil cosas más. Tan sin sentido son estos actos como los que cometen los animales sin clasificar que se llaman terroristas y que encima intentan convencerse a sí mismos de que están en una guerra. En una guerra hay dos contendientes, hay un enemigo. ¿Dónde están los enemigos de los etarras? ¿Alguien me lo podría explicar? ¿Soy yo, eres tú su enemigo? ¿Son esos niños que salen del colegio o que juegan? ¿Son esos clientes de un hipermercado? ¿Los de un hotel? ¡Por Dios! ¡Qué infamia más grande cometen! Además de asesinos, cobardes y mentirosos.
Por eso sentimos odio. Porque hacia una fiera salvaje que nos podamos encontrar sentimos miedo, intentamos no tropezarnos con ella, no meternos en su terreno para evitar el peligro. Pero, ¿me quieren decir dónde está el terreno de estos salvajes? ¿Por qué hacen del mundo su territorio y todo lo que les molesta lo aplastan? ¿Es así como vamos a dejar el mundo a nuestros descendientes? ¡Pues estamos listos! ¡Esto mejora día a día! Y yo quisiera no estar aquí para verlo.
Con el deseo de que esto acabe lo más rápido posible y haya una justicia y una Ley que los meta en cintura, pero de verdad, sin ambages ni melindres. Con un par de narices, que ellos no tienen, os deseo lo más que se puede pedir:
SED FELICES