ASÍ PIENSO, ASÍ ESCRIBO

Cada noche, en La Voz Silenciosa, hago un comentario personal. Es este que aquí aparece, con la intención de dejar constancia escrita del mismo.

18 de febrero de 2010

¡QUÉ ENVIDIOSOS!


Me refiero a mis amigos. Eso es. Los gnomos, fantasmas, brujas y licántropos. Todo fue hacer un comentario ayer Arpelio y Críspula y fue como si hubieran pellizcado la incorporeidad de los demás. Agamenón e Ifigenia, mis fantasmas, las brujas Sílside y Nutelia y los licántropos Arístides y Nicanor, saltaron como si les hubieran aplicado un resorte en salva sea la parte.
El caso es que después de todo tienen razón. Pero no puedo entender que todos coincidan. Sus mundos son totalmente distintos. Y yo, ignorante en grado sumo, les comenté que la opinión debía ser distinta dependiendo del apartado en que se desenvuelve.
¡¡¡Bueno!!! Menudas caras me han puesto. Y Arístides, con su gutural voz me ha dicho: “Haciéndome cargo de tu ignorancia, pasaremos por alto tu puntualización. Mas has de saber, amigo mío, que todos tenemos algo en común. ¿Qué es ello? Pregunté. Muy sencillo y lógico. Desde el subsuelo hasta los cielos, pasando por la cuarta dimensión y las calles y parques de este mundo, nos pertenecen. Hacemos de guardianes y vigilamos qué se hacen en y con ellos.
Y has de saber, jovencito (para ellos soy un jovencito, ya véis) que vosotros, los humanos, tan sabios y tan doctos, aprendices de todo y maestros de nada, vais acabando poco a poco con todo lo que encontráis a vuestro paso. No pensáis que el mundo, se puso a vuestra disposición para serviros de él. No para abusar y esquilmarlo. No debéis extrañaros pues, la forma en que se expresa el universo con vosotros.
La diferencia estriba en que el poder de los elementos es inmenso y el vuestro es igual al de un soplido frente a un incendio forestal. No lo hace por venganza, no. El motivo viene dado porque si a un edificio le quitáis las ventanas, entrará el frío. Si suprimís las paredes os calará el agua de la lluvia y no podréis protegeros. Y al mismo tiempo, ¿quién sostendrá los techos y los suelos? Unos caerán sobre otros. Y como habéis sustraído incluso los cimientos, será un desastre total.
Eso son los terremotos, los ciclones, los tornados, las tormentas y los tsunamis. ¿O acaso pensáis que podéis desequilibrar el complejo entramado del orbe y salir indemnes? Vosotros sois los culpables de los desequilibrios. Así que id tomando nota o se os hará tarde.
Que conste que no es una amenaza, es solamente un consejo. Aún estáis a tiempo. Preocuparos y ocuparos de la solución. De los medios. No os queda mucho. Nosotros estamos aquí, pedidnos consejos y os los daremos”.
Ante esto yo callo y dejo sus palabras a vuestra interpretación. Creo sinceramente que son sabias palabras, exentas de odio y llenas de dolor.
Y mientras, procurad lo que siempre os deseo, SED FELICES