ASÍ PIENSO, ASÍ ESCRIBO

Cada noche, en La Voz Silenciosa, hago un comentario personal. Es este que aquí aparece, con la intención de dejar constancia escrita del mismo.

12 de abril de 2010

EL SILENCIO


¿Es mejor el silencio? ¿Es preferible callar, aunque uno reviente por expulsar fuera todo lo que le consume y le amarga?
Es algo que nunca he podido dominar. Todo en mi vida sigue siempre la misma máxima (que por otro lado, muchas veces odio): Siempre digo lo que pienso, pero nunca pienso lo que digo.
Y en algunas ocasiones más me valdría callarme, porque me sirve para granjearme las antipatías de algunos y pocas veces las simpatías. Porque las palabras una vez lanzadas al aire no pueden recogerse como si fuera un yo-yo al que al tirarle del hilo volviera al punto de partida.
Y ni siquiera ese artilugio con que todos hemos jugado alguna vez y que periódicamente vuelve a aparecer para que enseñemos a nuestros hijos y nietos, en qué forma se maneja, haciendo el ridículo más espantoso, llega al punto en el que se encontraba antes de lanzarlo desde los dedos de nuestras manos.
Siempre queda un pequeño espacio que no podemos recuperar.
Por tanto, y esta noche veréis que soy escueto, ¿merece la pena el silencio o el jolgorio verborréico?
Quizá callado, se está más guapo, pero yo sigo pensando: El silencio para los corderos.
Aunque me den de trompazos.
SED FELICES.